Representantes de 17 laboratorios de salud pública de la región se dieron cita esta semana en la 26ª edición del curso de Evolución Viral y Epidemiología Molecular (VEME) en Panamá. La capacitación, que fue organizada por el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES) en Panamá, la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) en Brasil y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), tiene como objetivo fortalecer la vigilancia genómica en las Américas .

“Estudiar la evolución de los virus es clave para detectar mutaciones o variantes que pueden modificar la tasa de transmisión o la gravedad de un patógeno y afectar la eficacia de las pruebas de diagnóstico, vacunas y tratamientos”, dijo Jairo Méndez, asesor de enfermedades virales emergentes de la OPS. “Esto es algo que experimentamos con el SARS-CoV-2, por lo que debemos profundizar la vigilancia genómica de cualquier virus emergente o reemergente”, agregó.

Más de 120 personas de todo el mundo participaron en la 26° edición de VEME, un curso que se originó en la Universidad de Lovaina, Bélgica, hace más de 25 años. Alrededor de 50 expertos en bioinformática de reconocidas instituciones científicas de 15 países impartieron la capacitación que se llevó a cabo del 21 al 26 de agosto en Panamá. Los participantes de la región fueron apoyados a través de la OPS con fondos del Gobierno de los Estados Unidos.

El curso constó de sesiones teóricas y prácticas divididas en cuatro módulos, que van desde la generación de datos desde la secuenciación genómica hasta el análisis más complejo de estas secuencias. Por primera vez, VEME también incluyó un módulo dirigido a gerentes y tomadores de decisiones.

El doctor Carlos Sáenz, secretario general del Ministerio de Salud de Nicaragua, consideró “extremadamente importante” la capacitación tanto para los técnicos que realizan la secuenciación genómica como para los tomadores de decisiones como él. “El curso ha brindado herramientas para vincular la situación epigenética, la secuenciación genómica y la información de epidemiología molecular a la toma de decisiones políticas y estratégicas a nivel de cada país”, dijo, destacando la relevancia de “integrar enfoques técnicos con participación transdisciplinaria para la resolución de problemas complejos”.

La secuenciación y el análisis genéticos brindan información sobre la evolución de un virus y sus variantes, así como su dispersión geográfica y temporal. El análisis oportuno de los datos sirve para identificar signos o cambios que puedan tener impacto en el comportamiento del virus y en las herramientas y medidas sanitarias. Además, la información obtenida puede ser complementaria para orientar la respuesta ante una epidemia o pandemia.

“Este tipo de análisis bioinformático no es algo que se haga comúnmente en los laboratorios de salud pública de la región porque requiere capacitación y educación”, dijo Alexander Martínez Caballero, Director del Departamento de Investigación en Genómica y Proteómica del Instituto Gorgas de Panamá. “A partir de ahora, muchos laboratorios podrán realizar estos análisis en sus instalaciones en tiempo y forma y para varios virus de interés, como la viruela del simio y otros que puedan aparecer”, dijo.

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, la capacidad de secuenciación para monitorear el SARS-CoV-2 y sus variantes se ha ampliado en la región con el apoyo de la OPS y la Red Regional de Vigilancia Genómica de COVID-19 (COVIGEN), que incluye laboratorios de más de 20 países de las Américas.

La OPS ha brindado capacitación para fortalecer la secuenciación genómica e integrarla a la vigilancia epidemiológica en los países. Desde 2020, COVIGEN ha realizado más de 426.000 secuencias de SARS-CoV-2 en América Latina y el Caribe.

El curso VEME es una acción más para fortalecer la vigilancia y está alineado con la Estrategia Regional de Vigilancia Genómica para la Preparación y Respuesta ante Epidemias y Pandemias, que será discutida en septiembre por líderes de salud de las Américas durante la 30ª Conferencia Sanitaria Panamericana de la OPS en Washington.