El mundo está atravesando el “boom de la longevidad”, un fenómeno donde la humanidad ha logrado un aumento significativo en la expectativa de vida, alcanzando una mayor longevidad a través de distintos hábitos saludables.

Si bien en la actualidad hay medio millón de centenarios, para el 2050 se espera que el número aumente de manera considerable a 4 millones de personas longevas. En este sentido, por cada año en que los Baby Boomers (aquellas personas nacidas entre 1945 y 1964) tengan una calidad de vida plena, la economía mundial puede crecer a 1% por año.

“Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone especial interés en el grupo que va a envejecer, y sobre todo, en la expectativa de vida saludable. Hoy el desafío es extender la calidad sobre la longevidad que ya está extendida, y se puede lograr gracias al avance de la ciencia y de los hábitos saludables a adoptar.”, expresa el Doctor Juan Hitzig (M.N. 38.547), Médico especialista en Psico-Biología del Estrés y Envejecimiento.

A su vez, resulta indispensable destacar la diferencia que existe entre la longevidad y la loncaidad evitando colocarlas como sinónimos. Por un lado, la primera radica en la cantidad de años vividos, mientras que la segunda se centra en la calidad de esos años. Prolongar el envejecimiento y acortar la vejez implica extender la etapa de vida activa y saludable, reduciendo el tiempo que pasamos en estados de deterioro y dependencia.

Es importante enfocarse en la biología del envejecimiento en sí, y no en las enfermedades que pueden acompañarlo, es decir poner énfasis en que las personas mayores tengan una expectativa de vida saludable. Esto significa priorizar la calidad de vida durante esos años adicionales, asegurándose de que sean vividos con bienestar y vitalidad.

Para lograr esto, es necesario adoptar hábitos que promuevan una vida saludable desde una edad temprana y a lo largo de toda la vida. Esto incluye llevar adelante una actividad física, contar con las horas de sueño adecuadas, tener un correcto manejo del estrés y un enfoque en la salud mental y emocional.

Otra variable importante es la alimentación, ya que constituye el acto cotidiano más simple que las personas pueden llevar adelante para intervenir en su salud. Según la OMS, el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados es un factor de riesgo alto para desarrollar ciertas enfermedades que pueden perjudicar distintos órganos a lo largo del tiempo. Por lo que es ideal consumir el 80% de los alimentos naturales y hasta un 20% de los alimentos industrializados.

A su vez, el estrés constituye un factor que conlleva a un envejecimiento prematuro del individuo, y se acrecienta cada vez más en la sociedad en la que vivimos debido a las diversas problemáticas sociales y económicas. La biología del estrés impacta negativamente en la calidad de la salud, predispone a diversas enfermedades como la hipertensión arterial, la diabetes, el sobrepeso y la obesidad, entre otras y, como consecuencia, acelera la velocidad del envejecimiento.

Existen muchos mitos alrededor del envejecimiento que hay que derrumbar, ya que la expectativa de vida cada vez es más alta y se puede alcanzar con diversos hábitos y prácticas. Desde Cuidarlos, la plataforma que brinda soluciones innovadoras para acompañar a las personas mayores en el proceso hacia un envejecimiento exitoso, te acercamos distintas herramientas:

Hacer ejercicio aeróbico.
Reducir la grasa animal y los carbohidratos.
Ingerir 2 litros de agua por día.
Adoptar un hobby o una actividad que sea placentera, para poder aumentar los distintos estímulos.
Respetar las horas de sueño, ya que reparan la actividad cerebral.

 

Resulta fundamental que las personas mayores estén dispuestas a la transformación y sean flexibles, ya que el paso del tiempo es una propuesta de cambios constante y hay que estar abiertos a eso para poder adaptarnos. Llevar una vida saludable y con variedad de proyectos, hará que el camino sea mucho más llevadero y, sobre todo, placentero.