La OMS hizo una fuerte recomendación para nirmatrelvir y ritonavir, vendidos bajo el nombre de Paxlovid, para pacientes con COVID-19 leve y moderado con mayor riesgo de hospitalización, calificándolos como la mejor opción terapéutica para pacientes de alto riesgo hasta la fecha. Sin embargo, la disponibilidad, la falta de transparencia de precios en los acuerdos bilaterales realizados por el productor y la necesidad de realizar pruebas rápidas y precisas antes de administrarlo están convirtiendo este medicamento que salva vidas en un gran desafío para los países de ingresos bajos y medianos.

El fármaco antiviral oral de Pfizer (una combinación de tabletas de nirmatrelvir y ritonavir) se recomienda enfáticamente para los pacientes con COVID-19 no grave que corren el mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave y hospitalización, como los pacientes no vacunados, mayores o inmunodeprimidos.

Esta recomendación se basa en nuevos datos de dos ensayos controlados aleatorios con 3078 pacientes. Los datos muestran que el riesgo de hospitalización se reduce en un 85% después de este tratamiento. En un grupo de alto riesgo (más del 10% de riesgo de hospitalización), eso significa 84 hospitalizaciones menos por cada 1000 pacientes.

La OMS sugiere en contra de su uso en pacientes con menor riesgo, ya que se encontró que los beneficios son insignificantes.

Un obstáculo para los países de bajos y medianos ingresos es que el medicamento solo se puede administrar mientras la enfermedad se encuentra en sus primeras etapas; Por lo tanto, las pruebas rápidas y precisas son esenciales para un resultado exitoso con esta terapia. Los datos recopilados por FIND  muestran que la tasa promedio de pruebas diarias en los países de bajos ingresos es tan baja como una octava parte de la tasa en los países de altos ingresos. Mejorar el acceso a pruebas y diagnósticos tempranos en entornos de atención primaria de la salud será clave para el despliegue global de este tratamiento.

La OMS está extremadamente preocupada de que, como ocurrió con las vacunas contra la COVID-19, los países de ingresos bajos y medianos vuelvan a verse al final de la cola cuando se trata de acceder a este tratamiento.

La falta de transparencia por parte de la empresa original dificulta que las organizaciones de salud pública obtengan una imagen precisa de la disponibilidad del medicamento, qué países están involucrados en acuerdos bilaterales y cuánto están pagando. Además, un acuerdo de licencia realizado por Pfizer con el Medicines Patent Pool limita el número de países que pueden beneficiarse de la producción genérica del medicamento.

El producto original, vendido bajo el nombre de Paxlovid, se incluirá hoy en la lista de precalificación de la OMS, pero los productos genéricos aún no están disponibles de fuentes con garantía de calidad. Varias empresas de genéricos (muchas de las cuales están cubiertas por el acuerdo de licencia entre el Pool de Medicamentos y Pfizer) están en conversaciones con la precalificación de la OMS, pero pueden tardar un tiempo en cumplir con los estándares internacionales para que puedan suministrar el medicamento a nivel internacional.

Por lo tanto, la OMS recomienda encarecidamente que Pfizer haga que sus precios y acuerdos sean más transparentes y que amplíe el alcance geográfico de su licencia con el Medicines Patent Pool para que más fabricantes de genéricos puedan comenzar a producir el medicamento y hacerlo disponible más rápido a precios asequibles.

Junto con la fuerte recomendación para el uso de nirmatrelvir y ritonavir, la OMS también actualizó su recomendación sobre remdesivir, otro medicamento antiviral.

Anteriormente, la OMS había sugerido en contra de su uso en todos los pacientes con COVID-19, independientemente de la gravedad de la enfermedad, debido a que la totalidad de la evidencia en ese momento mostraba poco o ningún efecto sobre la mortalidad. Tras la publicación de nuevos datos de un ensayo clínico que analizó el resultado de la admisión al hospital, la OMS actualizó su recomendación. La OMS ahora sugiere el uso de remdesivir en pacientes con COVID-19 leve o moderado que tienen un alto riesgo de hospitalización.

La recomendación para el uso de remdesivir en pacientes con COVID-19 grave o crítico se encuentra actualmente en revisión.