La vacuna para prevenir el herpes zóster, como es el nombre de lo que popularmente se llama culebrilla, que en varios países empezó a recomendarse ante el aumento de casos durante la pandemia de Covid-19 está disponible, desde hoy, en el país tras la aprobación regulatoria de la ANMAT.

Se trata de un esquema de dos dosis con indicación para dos poblaciones: las personas de 50 años en adelante y los mayores de 18 con riesgo aumentado de padecer la infección, que aparece por la reactivación del virus de la varicela, que permanece latente una vez que la persona tuvo esa enfermedad típicamente infantil. “La posibilidad de no haber tenido varicela es mínima”, dijo Gustavo Lopardo, expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), que participó de la presentación en el Centro de Convenciones Buenos Aires (CEC).

El intervalo de aplicación recomendado para ambos grupos varía. Mientras que en los adultos va entre dos y seis meses, en los más jóvenes es de cuatro semanas. No es una vacuna de calendario, por lo que estará disponible en vacunatorios privados y farmacias.

“Potencia la inmunidad para que no se pueda volver a activar el virus varicela zóster (VVZ) en un herpes zóster. Es una vacuna que, en definitiva, previene esa reactivación”, agregó Lopardo.

Estimaciones citadas por los especialistas a partir de que más del 90% de los adultos tuvo varicela permiten inferir que tres de cada 10 personas tendrá herpes zóster en algún momento de la vida a partir de los 50 años. Y como el riesgo aumenta con la edad por un proceso natural de envejecimiento del sistema inmunológico (inmunosenescencia), según se recordó, en los mayores de 80 el riesgo es más alto: del 50% o en una de cada dos personas.

El virus permanece latente en ganglios nerviosos; si se reactiva o “despierta”, sigue el recorrido de un nervio con las lesiones similares a un sarpullido en forma de franja del lado izquierdo o derecho del cuerpo o la cara con fiebre, dolor intenso y punzante y malestar general.

La vacuna, según se indicó en la presentación, demostró ser efectiva en un 91% en los mayores de 50 y en un 85% a partir de los 70 años contra una complicación conocida como neuralgia postherpética, que es el dolor que no cede más de 90 días desde que desaparecieron las lesiones.

La inmunización se puede coadministrar con otras vacunas, como la antigripal o contra la neumonía.