El impacto de la función masticatoria alterada con dolor en la autoimagen, salud y bienestar está claramente demostrado. La complejidad de éste conjunto es un desafío constante no solo para quien las padece, sino que incluye la familia, los profesionales de la salud e investigadores del tema.

Hay estudios que demuestran que los trastornos temporomandibulares involucran múltiples sistemas del cuerpo. La relación es con el sistema digestivo, respiratorio, endocrino, músculo esquelético, neurológico, cardiovascular y hasta inmunológico, donde se forma un circuito de, muchas veces, inicio y persistencia de dolor que puede transformarse en crónico. Pero también se pueden presentar afecciones no dolorosas en otras partes del cuerpo.

Se denomina Sistema Estomatognático a esta unidad con forma y función integrada y coordinada; que está formada por todo un conjunto de estructuras óseas, musculares, vasculares, nerviosas, glandulares, dentales y articulares, en la que se incluye la articulación temporomandibular.

En cuanto a las causas del dolor, clásicamente se han descripto causas locales como mal oclusiones, tratamientos de ortodoncia, desarmonías oclusales, pérdida de dientes, masticación unilateral, hábitos como el bruxismo o posturas nocivas o causas generales como enfermedades sistémicas, trastornos del sueño, e inclusive factores genéticos.

Se acepta la idea que el origen de los trastornos temporomandibulares es multifactorial destacándose un factor psicológico-social desencadenante o agravante: el estrés. El estrés es una respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento para adaptarse y reajustarse a presiones tanto internas como externas.  Es la adaptación a la demanda del ambiente, la exposición a estresores ambientales.

Por eso, el bruxismo varía de persona a persona. Es una actividad involuntaria de la musculatura de la mandíbula; son contracciones fuertes, a veces rítmicas, manifestados a través del rechinar de los dientes. Incluso se puede producir estando despierto o dormido.

Como el Bruxismo puede ser una expresión emocional, postural o incluso laboral, se debe tratar al paciente en su integralidad.

Existen muchos estudios donde se utilizan aparatos ortopédicos intraorales (férulas oclusales) para aliviar síntomas de dolor en músculos y articulaciones de la mandíbula. No obstante, este tratamiento puede no ser suficiente.

El Distress es una subclase de estrés que requiere del reconocimiento cognitivo de la situación. El reconocimiento y evocación de una situación que pueda ser aversiva para el organismo, una interpretación que es personal y contextual y que exige una evaluación de la capacidad de afrontamiento. Sobre esta concepción, la kinesiología aborda el bruxismo y una de las herramientas que utiliza es la Terapia Cráneo Sacra, con técnicas de corrección y normalización, manipulaciones intrabucales y técnicas de liberación somato emocional que ayudan a la liberación del estrés y la ansiedad. También se implementan técnicas de relajación y respiración, mindfulness o el método Feldenkrais.

Se asume que el dolor y su asociación con la discapacidad son el resultado de interacciones dinámicas entre factores fisiológicos, psicológicos y sociales que pueden mantener y amplificar dolor y discapacidad. Por eso, la kinesiología se apoya en un modelo biopsicosocial que es interdisciplinario para enfocarse en la salud y el bienestar total de la persona. En este aspecto, los programas de ejercicio de acondicionamiento aeróbico pueden ser útil tanto para mejorar la función como para reducir el dolor.