De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, si bien el vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales, en particular, la depresión y el consumo de alcohol, está bien documentado en los países de altos ingresos, algunos casos se presentan en menor proporción en personas que lo cometen impulsivamente en situaciones de crisis, para afrontar las tensiones de la vida, como los problemas económicos, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicas.

Se estima que las tasas de suicidio se incrementaron en un 17% en los años transcurridos entre 2000 y 2019, en la Región de las Américas. Por esta razón, es necesario impulsar considerablemente medidas de prevención, para cumplir la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, de reducir en un tercio la tasa mundial de suicidios para 2030.

El Dr. Ricardo Corral, médico psiquiatra, presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP), asegura que “la mayoría de las personas que cometen suicidio tiene historia de padecer algún tipo de enfermedad mental, principalmente Depresión. Además, existen condiciones que incrementan el riesgo de suicidio, antecedentes de maltrato y abuso infantil, el bullying, el consumo de sustancias tóxicas (drogas lícitas e ilícitas). Además, es importante atender a la presencia de estresores psicosociales que intervienen, particularmente en estos últimos tiempos la pandemia, la cuarentena, y particularmente, en nuestro medio, la inseguridad, la crisis económica y la pobreza, entre otros”.

La doctora Andrea Otero, médica especialista en psicología clínica, presidenta de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, asegura que, “la depresión está presente en más del 50% de los suicidios, y el riesgo es mayor si adicionalmente la persona sufre de ansiedad. A esto se suma que, el consumo de alcohol puede agravar el cuadro depresivo, lo que aumenta el riesgo suicida, aproximadamente el 50% de estos intentos se da tras haber consumido previamente alcohol o abusado de sustancias psicoactivas (SPA). Casi todas las enfermedades mentales aumentan el riesgo suicida, más del 10% de las personas con trastorno afectivo bipolar, esquizofrenia, trastorno de personalidad limítrofe o trastorno de personalidad antisocial mueren por suicidio. De igual manera, se debe tener en cuenta que, las enfermedades médicas dolorosas y crónicas, contribuyen con el 20% de los suicidios en personas de edad avanzada”.

La Organización Panamericana de la Salud, OPS, indica que el suicidio es la quinta causa más importante de años de vida ajustados por discapacidad, AVAD, en la Región de las Américas; y es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 20 a 24 años. Sin dejar de lado que, son las personas de 45 a 59 años quienes tienen la tasa de suicidio más alta de la Región, seguidas por las de 70 años o más.

“Alrededor del 79% de los suicidios en la Región de las Américas ocurren en hombres. Así como, la tasa de suicidio ajustada por edad entre los varones es tres veces mayor a la de las mujeres”, asegura la OPS.

El presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras afirmó que “también vemos un incremento de la tasa de suicidios en la adolescencia, existe el riesgo de conducta de suicidio por imitación. a raíz del suicidio de figuras famosas, particularmente de la música que ha visualizado al suicidio de manera ‘romántica’, lo que favorece que personas que están un poco inhibidas se animen a ejecutarlo. Por eso, es importante actuar psicoeducativamente mostrando y comunicando el dolor de los deudos y también desde las secuelas de los intentos fallidos, que los dejan con discapacidades significativas que les generan una vida de peor calidad”.

El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, advierte sobre ciertos comportamientos que pueden ser señal de que alguien está pensando en suicidarse:

 

– Hablar sobre: querer morirse, sentir una gran culpa o vergüenza, ser una carga para los demás.

– Sentirse: vacío, sin esperanza, atrapado o sin razón para vivir; extremadamente triste, ansioso, agitado o lleno de ira; con un dolor insoportable, ya sea emocional o físico.

– Cambiar de comportamiento, como: hacer un plan o investigar formas de morir; alejarse de los amigos, decir adiós, regalar artículos importantes o hacer un testamento; hacer cosas muy arriesgadas como conducir con una rapidez extrema; mostrar cambios de humor extremos; comer o dormir demasiado o muy poco; consumir drogas o alcohol con más frecuencia.

 

En definitiva, la ayuda y apoyo de la familia, los amigos y los profesionales de la salud puede influir de manera importante en una situación donde hay pensamientos suicidas. La Dra. Andrea Otero, médica especialista en psicología clínica y presidenta de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, hace un llamado sobre las medidas de precaución que se pueden implementar desde el colegio, trabajo y familia:

 

1.¡Hay preguntas que salvan vidas y tú puedes hacerlas! Si una persona presenta señales de advertencia, preguntar sobre sus estados de ánimo y pensamientos, demuestra interés y así, esta persona puede darse cuenta que no está sola.

Acompañe, no juzgue, escuche, esté disponible.
Actúe alentando a la persona a que busque ayuda de profesionales y personas de apoyo.
El acompañamiento continuo por parte de familia y amigos es muy importante, pues los pensamientos de suicidio no desaparecen fácilmente.

“Para el Dr. Corral existen una serie de factores de alarma a los que debemos estar atentos: ante todo la presencia de una enfermedad mental, sobre todo depresión, trastorno bipolar o esquizofrenia, y luego algunos indicadores como cuando el individuo empieza a desprenderse de las cosas materiales, hace una especie de ‘despedida’, o se retrae y evita el vínculo con sus seres queridos, o de pronto empieza a dejar todos sus documentos, temas bancarios, demasiado ordenados”.

 

“Debemos estar atentos y despejar prejuicios como que la depresión se corrige con compañía o tomándose vacaciones; no, la depresión es una enfermedad y requiere tratamiento. No es un tema voluntario, así como los individuos con hipertensión o con diabetes deben bajar la presión y la glucosa con medicación, la depresión es una enfermedad del cerebro que solo con la voluntad no se corrige. La persona que tiene un padecimiento mental debería recurrir a un médico psiquiatra para hacer una evaluación completa y un diagnóstico correcto e iniciar un tratamiento”, concluyó el Dr. Ricardo Corral.

Septiembre Amarillo

Durante este mes, y en particular el día 10, se conmemora Septiembre Amarillo, durante el cual se recuerda especialmente la necesidad de prevenir el suicidio, una situación grave que, con el abordaje adecuado, puede evitarse en muchos casos. Cada paso que se dé en dirección del cuidado de la salud mental es un paso hacia salvar vidas.